Y estaré allí,
donde los sueños nacen,
los poemas se trazan,
y los besos encienden
tu alma y la mía.
Y estaré allí,
donde tus preciosos ojos
se iluminan divinamente
con cada prosa que baila
y cada verso que danza.
Y estaré allí
despertando con el día,
y ese sol noble y radiante,
con agraciados destellos de oro
encandia el horizonte.
Y estaré allí,
al enrojecer el cielo
en un atardecer que silba
y el viento dibuja
con hojas garabatos.
Y estaré allí,
velando por tu sueño,
y si de amor se habla
te susurraré al oído
miles de te quiero.
Y, así también yo te siento
en gotitas, en suave brisa
en el día y la noche
en el cielo infinito
donde se dibuja
tu hermosa sonrisa.
Este poema me gustó porque me hace sentir que yo también tengo a mi lado a una persona que vela por mí noche y día, y espero que vosotros también lo sintáis.
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